
Un nuevo compuesto prometedor contra la malaria: convierte tu sangre en veneno para los mosquitos
27/03/2025Por Alvaro Acosta Serrano
Cuando los mosquitos Anopheles gambiae que transmiten la malaria pican a los pacientes de algunas enfermedades raras, como la alcaptonuria y la tirosinemia tipo 1, los insectos se mueren a las pocas horas. No se debe a nada que produzca el cuerpo de estos enfermos, sino al medicamento con el que tratan su enfermedad metabólica. Cuando los mosquitos ingieren sangre que contiene nitisinona, la sustancia bloquea una enzima crucial para digerir el alimento (la HPPD) y mueren rápidamente intoxicados.
Un equipo de científicos, liderado por la investigadora Lee R. Haines, ha utilizado sangre de este tipo de pacientes del Hospital Universitario Real de Liverpool para medir su efecto en los mosquitos y determinar cuál es la dosis mínima de nitisinona que se podrá usar para una posible estrategia de control de su población. En otras palabras, han identificado y documentado la forma de usar la nitisinona para suprimir las poblaciones de mosquitos que transmiten la malaria.

Una alternativa prometedora
“Nuestros hallazgos sugieren que el uso de nitisinona podría ser una nueva herramienta complementaria prometedora para controlar enfermedades transmitidas por insectos como la malaria”, explica Haines, cuyos resultados se han publicado este miércoles en la revista Science Translational Medicine. Los investigadores han analizado cómo esos resultados se compararían con los de la ivermectina, el fármaco ectoparasitario de referencia, del que se suministran cada año millones de dosis en el mundo y que actúa de manera similar.
“Lo que vemos es que la nitisinona tiene algunas ventajas respecto a la ivermectina”, asegura el coautor del estudio, Álvaro Acosta Serrano, a elDiario.es. “Tiene una vida media en sangre muchísimo más extensa y es más mosquitocida”. Por otro lado, añade, la ivermectina se ha suministrado en grandes cantidades y eso ha causado una serie de problemas de resistencia, además de varias consecuencias ecológicas que la nitisinona no tiene.
Para entender el efecto letal que produce en los mosquitos, hay que señalar que estos insectos necesitan disponer de fumarato y acetato derivados del catabolismo de la tirosina para procesar las enormes cantidades de sangre que ingieren. El bloqueo de la enzima que facilita estas sustancias interrumpe el proceso y es letal para ellos.
“La nitisinona tiene el beneficio adicional de que, a diferencia de los insecticidas tradicionales, este es específico para insectos hematófagos y no va a afectar a los polinizadores”, subraya Acosta. “Y puede tener un efecto multiplicativo, por lo que puede ayudar a controlar diversas enfermedades vectoriales y no solo una”. También han demostrado que la nitisinona puede matar a mosquitos de todas las edades—incluidos los más viejos, que son los más propensos a transmitir la malaria— y a mosquitos resistentes a los insecticidas tradicionales.
“En el futuro, podría ser ventajoso alternar nitisinona e ivermectina para el control de mosquitos”, afirma Haines. “Por ejemplo, la nitisinona podría emplearse en zonas donde persiste la resistencia a la ivermectina o donde esta ya se usa ampliamente en el ganado y los seres humanos”.
Más estrategias contra la malaria
Para Elena Gómez Díaz, investigadora del Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra del CSIC, que no ha participado en el estudio, se trata de una muy buena noticia, que va en la dirección que ha marcado la OMS en su programa de control contra la malaria. “Contribuye a expandir el portfolio de estrategias e incrementar su eficacia, es decir, tener más y hacerlas mejores”, destaca.

En su opinión, el aspecto más positivo es que la nitisinona es todavía más efectiva que la ivermectina, en el sentido de que menos dosis tienen un mayor efecto y durante más tiempo y quizá se pueda administrar a mujeres embarazadas y niños, que no pueden recibir el otro tratamiento. La principal limitación del trabajo, para la experta, es que aún no se conocen bien los efectos a largo plazo de este tratamiento en población sana. “Como se utiliza para enfermedades raras, los datos son muy pocos a nivel de seguridad como para decir: vamos a administrar masivamente el fármaco”.
Carlos Chaccour, investigador de la Universidad de Navarra (UN) que lleva años trabajando en un ensayo con ivermectina contra la malaria, cree que se trata de un hallazgo valioso y prometedor, porque se amplía el menú de moléculas para acabar con los mosquitos que transmiten el parásito que causa la enfermedad. “La nitisinona tiene una duración de efecto mucho mayor”, reconoce. “Una dosis normal de ivermectina hoy, en cinco o seis días ya no mata mosquitos, pero la nitisinona dura muchos más días”. Además, su capacidad de matar mosquitos es eficiente durante todo el tiempo, mientras que la ivermectina se va perdiendo progresivamente.
A pesar de que ha sido el uso de las mosquiteras el que ha tenido un mayor efecto en la reducción de la mortalidad por malaria en las últimas décadas, a juicio de Chaccour estas estrategias mediante insecticidas en sangre tienen una ventaja importante. “Con las mosquiteras hemos tenido un enorme éxito, pero hemos empujado la malaria fuera del hogar y fuera de la noche y ahora los mosquitos pican al atardecer y al amanecer”, señala. “Con estas sustancias, llamadas endectocidas, el sistema lo llevas puesto, no importa cuándo te piquen”.
Un beneficio inesperado
Por último, y de manera indirecta, la investigación con nitisinona puede suponer un beneficio indirecto a los pacientes de enfermedades raras que reciben este tratamiento, puesto que esta estrategia podría aumentar consecuentemente la producción del fármaco y disminuir el precio de los medicamentos para pacientes que padecen enfermedades genéticas raras en la vía del metabolismo de la tirosina.