Un descubrimiento casual ayuda a combatir la malaria

Un descubrimiento casual ayuda a combatir la malaria

17/04/2025 Desactivado Por Plagas Urbanas

Por Naomi Grimley

Los científicos han descubierto una cepa natural de bacterias que puede ayudar a detener la transmisión de la malaria de los mosquitos a los humanos.

Lo encontraron por casualidad, después de que una colonia de mosquitos en un experimento no desarrollara el parásito de la malaria.

Los investigadores dicen que la bacteria podría ser una nueva herramienta para combatir una de las enfermedades más antiguas del mundo, que mata a 600.000 personas cada año.

Actualmente se están realizando ensayos para evaluar su seguridad en el mundo real.

Los científicos de un centro de investigación en España, dirigido por la compañía farmacéutica GSK, hicieron el descubrimiento después de notar que una colonia de mosquitos que se utilizaba para el desarrollo de fármacos había dejado de transmitir la malaria.

«La tasa de infección de los mosquitos comenzó a disminuir y, a finales de año, ya no estaban infectados con el parásito de la malaria», explica la Dra. Janneth Rodrigues, quien dirigió el programa.

El equipo congeló las muestras de su experimento de 2014 y volvió a ellas dos años después para explorar qué había sucedido.

Estudios posteriores revelaron que una cepa específica de bacterias, la TC1, presente de forma natural en el medio ambiente, había detenido el desarrollo de los parásitos de la malaria en el intestino de los mosquitos.

«Una vez que coloniza al mosquito, permanece así durante toda su vida», explica el Dr. Rodrigues.

«Y descubrimos que, sí, es la bacteria la responsable de reducir la transmisión en esos mosquitos».

Nuevos datos publicados en la revista Science sugieren que las bacterias pueden reducir la carga parasitaria de un mosquito hasta en un 73%.

La bacteria funciona secretando una pequeña molécula, conocida como harmano, que inhibe las primeras etapas del crecimiento del parásito de la malaria en el intestino del mosquito.

En colaboración con la Universidad Johns Hopkins, los científicos de GSK descubrieron que el harmano puede ser ingerido por vía oral por el mosquito, si se mezcla con azúcar, o absorbido a través de su cutícula al contacto.

Esto abre la posibilidad de tratar superficies en zonas donde descansan los insectos con el compuesto activo.

Poner fin a la amenaza

Actualmente se están llevando a cabo más ensayos en una instalación de investigación de campo confinada llamada MosquitoSphere en Burkina Faso para evaluar cuán efectivo y seguro sería usar harmane a gran escala en el mundo real.

La esperanza es que al desarrollar esta intervención basada en bacterias y convertirla en un producto, los científicos pronto puedan contar con otra herramienta contra una de las enfermedades más antiguas del mundo.

La malaria mata a unas 620.000 personas al año, a menudo niños menores de cinco años. Ya se han desarrollado vacunas, pero su implementación en África aún se encuentra en las primeras etapas.

Gareth Jenkins, de la organización benéfica Malaria No More, dijo que el nuevo descubrimiento era prometedor.

La malaria mata a un niño cada minuto. Se han logrado avances significativos en la reducción de la carga mundial de malaria, pero para retomar el rumbo necesitamos herramientas nuevas e innovadoras en nuestro arsenal.

«Con una sólida línea de innovación, es posible acabar con la amenaza de la malaria en el curso de nuestras vidas».