Las tecnologías digitales transformaran el mercado del control de roedores
Las tecnologías digitales estan a punto para transformar el futuro del control de roedores. El uso de sensores digitales a distancia es una solución convincente que permite reducir costes, a través de menos visitas al cliente y más específicas, al tiempo que proporciona un servicio de valor que reduce el riesgo para los clientes. Así lo explica Peter Trotman, un destacado directivo dentro del mercado del control de plagas británico.
Tras casi cuatro décadas en el mercado del control de plagas, Peter Trotman, consultor británico senior y gerente comercial con un destacado instinto para la innovación en el sector de la sanidad ambiental, ha apostado por las tecnologías digitales aplicadas al control de plagas, un sector en el que ve importantes ventajas y posibilidades de crecimiento.
Los costes asociados a un contrato convencional de control de plagas, que suele implicar de 8 a 12 visitas al cliente durante el año, tienden a aumentar, mientras que el precio que los clientes están dispuestos a pagar no lo hace proporcionalmente. Esto, unido a la fuerte competencia de precios en el mercado, no es una buena receta para conseguir un crecimiento sostenido en una empresa profesional de control de plagas, que a medio y largo plazo necesitará innovar y transformarse para mantenerse en el mercado.
Para Trotman, el negocio basado en tecnología digital es una opción que se impondrá en los próximos años, ya que a través de sensores digitales a distancia, es posible mejorar la calidad del servicio mediante la monitorización las 24 horas del día, reducir costes de desplazamientos y mano de obra, así como disminuir el uso de productos biocidas.
El experto argumenta que el coste del transporte está aumentando, no sólo a nivel del combustible sino también debido a la creciente congestión del tráfico y el aumento de tiempo en los desplazamientos que esto implica. También aumentan los costes de mano de obra, a pesar de que los técnicos controladores de plagas tienen salarios menores en comparación con otros trabajadores con un conjunto similar de habilidades empleados en otras industrias. Aumentar los salarios es positivo y justo en muchas ocasiones, pero para el negocio significa menos ganancias, o incluso ninguna ganancia, y eso no es sostenible.
La digitalización es el camino
Trotman tiene claro que el futuro son las tecnologías digitales, que reducen las visitas requeridas a los clientes en aproximadamente un 30%, ahorrando en mano de obra y costes de transporte. Si bien es cierto que existe un coste de inversión inicial de capital, las tecnologías digitales ya llevan un tiempo en el mercado y sus precios se encuentran actualmente mucho más en línea con el ahorro que generan.
También es relevante el ahorro en rodenticidas, una herramienta con una eficacia decreciente debido al aumento de las resistencias y las crecientes restricciones de uso impuestas por la legislación europea. Para el británico el uso intensivo de cebos y productos rodenticidas no formará parte de un negocio sostenible para el futuro, que por el contrario debería aplicar un enfoque integrado de plagas, en el que los rodenticidas deberían ser una de las últimas herramientas a aplicar.
Para vender este enfoque, años atras Trotman introdujo en su empresa la no accesibilidad de las plagas a las instalaciones como un paquete de ventas adicional entre sus clientes, realizando una evaluación del riesgo y mostrandoles cómo hacer que sus instalaciones resultaran menos atractivas y accesibles para las plagas. Mediante la hermetización de los edificios frente a las plagas, sus técnicos consiguieron reducir un muy elevado porcentaje de actividad de los roedores y, debido a que el primer método de control adoptado fue la captura, se redujo también de forma muy relevante el uso de rodenticidas.
Peter Trotman fue también uno de los primeros en adoptar la tecnologia de los sensores remotos. Sin embargo, advierte que no se trata simplemente de cambiar una caja de cebo por una trampa inteligente. Hay que pensar bien la colocación de los sensores, de los que, si se ubican correctamente, es necesario un número mucho menor que de cebos, reducen efectivamente el nivel de avistamientos y también el tiempo de servicio requerido. Los sensores evitan a los técnicos la revisión innecesaria de trampas en las que no ha habido actividad y les permiten pasar más tiempo pensando en soluciones y relacionandose con el cliente.
Prepararse para el cambio
Para muchas empresas de control de plagas que dependen todavía de enfoques más tradicionales existe todavía lugar en el mercado, pero no pueden obviar que se avecinan cambios.
La tecnología digital permite obtener datos en tiempo real, que combinados con un conocimiento histórico de los espacios a controlar, permite una gestión optimizada, con un despliegue de recursos basado en el riesgo, menos visitas y recomendaciones más significativas. Todo ello redunda en un mejor servicio para el cliente y una labor más satisfactoria para los técnicos.
El consejo de Peter Trotman es conocer el producto digital, familiarizarse con él y comprobar su buen funcionamiento por experiencia propia. Una vez que se confia en ella, puede considerarse cómo se adapta la tecnología digital a la cartera de clientes y probar de introducirla en un número selecto de ellos.
Finalmente, la empresa debería intentar ver con claridad que papel puede o debe desempeñar el control digital de plagas en su futura actividad. Involucrarse en este punto es clave para no perder participación en el mercado, no inmediatamente pero si en los próximos cinco años. Porque, para Trotman, la tecnología digital ya está aquí y la cuestión no es si despegará o no, sino cuando lo hará.