El INSST actualiza su base de datos de agentes biológicos en entornos laborales

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El Instituo Nacional para la Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) ha ampliado con nuevas fichas su base de datos de agentes biológicos potencialmente presentes en entornos laborales DATABIO, cuyo objetivo es facilitar la evaluación, prevención y control del riesgo en actividades laborales con riesgo biológico.

DATABiO es una colección de fichas del INSST sobre agentes biológicos potencialmente presentes en entornos laborales y está pensada como herramienta para la evaluación, prevención y control del riesgo biológico en lugares de trabajo. La ficha de cada agente biológico contiene información sobre el microorganismo, su viabilidad y mecanismos de propagación, sus efectos sobre la salud y las principales medidas de prevención y control frente a riesgo que supone.

DATABIO es de gran utilidad para  los distintos colectivos relacionados con la prevención del riesgo biológico, y supone una ampliación y actualización del listado de agentes biológicos del anexo II del RD 664/1997 sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo.

El INSST ha publicado recientemente nuevas fichas de esta colección, entre las que destacamos algunos agentes biológicos que pueden suponer un riesgo en el sector agroalimentario, hosteleria y restauración, asi como actividades relacionadas con el agua:

  • Las bacterias Corynebacterium spp. , ampliamente distribuidas en el ambiente, como en el suelo, el agua, los alimentos y la superficie de los objetos. Pueden representar un riesgo en actividades en contacto con animales o con sus productos, entre las que se incluyen la Hostelería y restauración. La transmisión puede ser por inhalación de bioaerosoles, por contacto directo o indirecto (fómites) con piel o mucosas y por contaminación de heridas o abrasiones.
  • Cyclospora cayetanensis, protozoo parásito intracelular obligado del intestino de los humanos, cuyos ooquistes son muy resistentes y sobreviven en el ambiente exterior durante largos periodos de tiempo. Los ooquistes son resistentes a desinfectantes, como al cloro utilizado para desinfectar el agua . La transmisión se produce principalmente por la ingesta de agua o alimentos crudos contaminados con los ooquistes maduros o esporulados, como frutas y verduras. Se consideran de riesgo las actividades en contacto con la tierra, los vegetales y sus productos (Agricultura, jardinería, etc.), la Industria alimentaria (procesado, conservación de frutas y hortalizas y elaboración de productos a partir de las mismas) y también las actividades con aguas de uso recreativo (piscinas, ríos, lagos, etc.)
  • Los gusanos Diphyllobothrium spp., las tenias más grandes que parasitan al hombre, cuya transmisión se produce por la ingesta de pescado infestado crudo o poco cocinado, normalmente peces de agua dulce como: salmón, trucha, perca, lucio, etc. El pescado ligeramente salado o ahumado también puede contener larvas vivas infecciosas; sin embargo, la congelación o cocción las matan. Son de riesgo las actividades en contacto con peces o con sus productos (pesca, acuicultura, veterinaria), la industria de la alimentación (procesado y conservación de pescados, crustáceos y moluscos) y la Hostelería y restauración (servicio de comidas y bebidas). 
  • El ácaro ectoparásito Sarcoptes scabiei. Se trata de un parásito obligado que necesita penetrar en la piel de un huésped humano o animal para desarrollar su ciclo de vida, que consta de cuatro etapas: huevo, larva, ninfa y adulto. La enfermedad causada por Sarcoptes scabiei var. hominis es epidémica, muy frecuente y cosmopolita. Además, su incidencia ha aumentado en la mayoría de los países occidentales en los últimos años. Actividades laborales con riesgo son la Hostelería y restauración (limpieza), asi como actividades en contacto con animales o con sus productos. 
  • Los hongos Scedosporium spp., presentes en el suelo, materia orgánica en descomposición, fango, aguas residuales, agua salada y salobre, cuya transmisión se produce principalmente por inoculación de las esporas del hongo en el tejido subcutáneo, mediante pinchazos o arañazos con objetos contaminados como: espinas, paja, astillas, herramientas, clavos oxidados, etc. Otra forma posible de transmisión es la inhalación de las esporas del hongo dispersas en el ambiente y, también, por la inmersión accidental prolongada en aguas contaminadas. La mayor transmisión suele darse en actividades en contacto con el suelo y la tierra, actividades de saneamiento, gestión de residuos y limpieza urbana. La mayoría de los casos de enfermedad por S. prolificans se han descrito en la Península Ibérica (especialmente en el norte), Australia, el sur de los Estados Unidos (especialmente en California) y el Reino Unido. 
  • La bacteria Erysipelothrix rhusiopathiae , que tiene por hospedadores a humanos, porcinos, animales rumiantes (principalmente ovinos), aves (principalmente pavos), roedores, peces, moluscos, crustáceos y otros animales acuáticos. La transmisión al hombre se produce principalmente por la inoculación accidental, al pincharse con huesos de animales o espinas de pescado o por la contaminación de heridas cutáneas existentes al manipular animales, sus cadáveres o elementos contaminados (zoonosis). Se consideran de riesgo las actividades en contacto con animales o con sus productos (ganadería, pesca, agricultura, veterinaria), la industria alimentaria (procesado y conservación de la carne y pescado) y la hostelería.

Acceso a DATABIO: insst.es/databio-fichas-de-agentes-biologicos 

Fuente: INSST