ANECPLA pronostica un verano cargado de plagas a consecuencia de las altas temperaturas
- La ola de calor dispara la proliferación de plagas de mosquitos, cucarachas, avispas, moscas y roedores en toda la península.
- Muchas de estas plagas son vectores transmisores de importantes enfermedades como el virus Zika, la salmonelosis, la leptospirosis o la disentería. También pueden causar reacciones alérgicas y molestias desagradables para la ciudadanía.
- La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ofrece una serie de recomendaciones y consejos para prevenir y actuar ante su aparición.
Las sofocantes temperaturas que estamos sufriendo en los últimos días, con máximas que han rondado los 40ºC en algunas localidades del territorio español, vienen a multiplicar el riesgo de plagas de especies de presencia tan poco grata como mosquitos, avispas, cucarachas, moscas e incluso roedores.
“Estas temperaturas extremas son el mejor caldo de cultivo de estas especies”, declara la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta. “Hay que tener en cuenta”, concreta, “que a partir de los 28-29ºC la reproducción, por ejemplo, del mosquito se multiplica. Y cada grado aumenta en un 50% su ciclo vital”.
Entre los mosquitos más habituales destacan el mosquito trompetero, Culex pipiens, y el mosquito tigre, Aedes albopictus. Este último se caracteriza por su dolorosa picadura y por ser portador de enfermedades como el Virus Zika, el Chikungunya o el Dengue, causantes de fiebres altas, cefaleas, erupciones cutáneas o conjuntivitis, entre otros muchos síntomas. Además, a raíz de la globalización y del aumento de temperaturas de las últimas semanas, esta plaga ya se ha convertido en un problema de sanidad ambiental de primer orden, especialmente en toda la zona de Levante y del centro peninsular.
En el caso de que en este contexto meteorológico de repente estallaran tormentas, las aguas estancadas, como resultado de estas lluvias, vendrían a complicar aún más el control de estas plagas, cuya proliferación aumentaría exponencialmente. Y es que es en el agua estancada donde las hembras de los mosquitos depositan sus huevos. Una hembra de este tipo de mosquitos puede llegar a poner más de 400 huevos en toda su vida, que se desarrollarán a su vez de larva a mosquito entre 7 y 10 días, siendo la vida media de un mosquito Aedes de entre 4 y 6 semanas.
El peligro de contraer salmonelosis
Las cucarachas son otra de las principales plagas que traen de cabeza tanto a establecimientos hoteleros como al sector de la restauración.
La Blattella germánica (cucaracha rubia, alemana o del café), la Blatta orientalis (cucaracha negra) y la Periplaneta americana (cucaracha americana, conocida como la “súper-cucaracha” por su gran tamaño) son las más comunes en España.
Desde el momento de su detección, su control debe ser inmediato ya que se reproducen con gran rapidez y son transmisoras de enfermedades como la salmonelosis o la disentería. “Durante los meses de calor, eliminar esta plaga llega a convertirse en un asunto de gran relevancia, especialmente para los responsables del sector hostelero, no sólo por higiene sino también por cuestiones económicas. Si un cliente ve una cucaracha en un restaurante, en una terraza o en un bar, con toda probabilidad no volverá a aparecer por el establecimiento”, añade la directora general de ANECPLA.
Avispas y moscas, las más molestas
Las avispas son, por su parte, las especies más habituales en las piscinas, y las podemos avistar sobrevolando el agua o en el jardín cerca de plantas, flores y fuentes. Se estimulan con los perfumes y colonias, las cremas e incluso el sudor. Y su picadura, en algunas personas, puede producir una reacción alérgica, que puede llegar a ser mortal, aunque en muy contados casos.
La mosca negra es también molesta compañera durante todo el verano en toda la geografía española. La zona del río Ebro es una de las más afectadas por la presencia de este insecto y ya se han batido récords históricos en el número de casos registrados en España debido a su crecimiento y proliferación no lo suficientemente controlada. Conocida como mosca “chupasangre”, su picadura produce un intenso, duradero y doloroso escozor que se puede prolongar durante semanas.
El necesario control de roedores
Pero no sólo los insectos se convierten en fuente de molestias en verano, otras plagas como las ratas y ratones aprovechan el calor y la humedad estival para reproducirse y acceder al interior de viviendas y edificios, donde se sienten más confortables. Pueden llegar a ser agresivas, muerden y son potenciales transmisores de enfermedades causadas por los microorganismos que transportan como el virus Hanta, la peste bubónica, la salmonelosis o la leptospirosis, entre otras.
“El subsuelo de las grandes ciudades es fundamentalmente de las ratas grises”, afirma Fernández de Lezeta. La rata gris (Rattus norvegicus) es la más frecuente, junto a la rata negra, conocida como “rata de barco” ya que es másbien propia -aunque no exclusiva- de zonas costeras y portuarias y el ratón doméstico (Mus musculus), pequeño roedor de color gris, que suele vivir en el interior de locales y viviendas y es, quizás, el más común de localizar en las grandes ciudades del territorio español. Presentes en todo el alcantarillado, las ratas realizan una función importante dentro del ecosistema urbano, por lo que será importante tenerlas bajo control, sin llegar a erradicarlas por completo. Sin embargo, en algunas ciudades (tal es el reciente caso de Tarragona) se está empezando a convertir en un problema de salud pública de primer orden, especialmente durante los meses de verano, cuando su proliferación aumenta exponencialmente.
Consejos y recomendaciones
Agua, comida y una óptima temperatura representan el paraíso de las plagas, de ahí que la principal pauta a seguir sea evitar las fuentes de humedad, calor y alimentación. ANECPLA aconseja limpiar restos de comida de mesas y encimeras, ya que muchos de estos organismos consumen y contaminan los alimentos y son transmisores de perjudiciales enfermedades para el hombre.
Asimismo, recomienda cerrar bien las bolsas y cubos de basura para evitar olores atrayentes, mantener una ventilación adecuada para eliminar olores y mantener una temperatura adecuada, sellar grietas (fundamentalmente las que se hayan próximas a lavabos, fregaderos, sumideros, y zócalos), revisar los desagües, evitar el agua estancada y las luces subacuáticas en las piscinas. También es importante eliminar las malas hierbas y escombros. Y, fundamental: evitar aerosoles de uso doméstico que generalmente no resuelven el problema, sino que, bien al contrario, tienden a diseminar y empeorar la situación.
Todas estas medidas ayudarán a combatir la incómoda presencia de estas plagas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en la proliferación de estas especies, también influyen otros agentes que se escapan de nuestras manos. De ahí que la elección de los tratamientos para combatirlas deba efectuarse por empresas profesionales valorando factores como el ciclo biológico en el que se encuentre la plaga, las condiciones ambientales, el nivel de infestación o la minimización del posible impacto sobre el medio, los animales y el ser humano.
Especialmente durante los meses de verano, el asesoramiento profesional es fundamental para evitar riesgos y problemas de salud, ya que un mal uso de los productos en el ámbito doméstico es la principal causa de los problemas de intoxicaciones y enfermedades. “Es básico implantar una cultura preventiva y fomentar la sensibilización y la concienciación ciudadana hacia una mayor prevención. También es prioritario promover entre la población un mejor conocimiento de este sector cada vez más profesionalizado, que ha de adecuarse a nuevas normativas, clientes y sectores de actividad, e incluso, a la aparición de nuevas plagas”, concluye la directora general de ANECPLA.